El libro "Flores vivas" fue creado por el famoso ilustrador y caricaturista francés Jean Grandville en 1847. Representó un ramo de bellas imágenes, dándole a las flores un aspecto femenino y rasgos de carácter. Sus "Nomeolvides románticos", "Rosa real", "Miss Mac" y "Lady Tulip" nos inspiraron. Los joyeros de Natasha Libelle intentaron conservar las impresiones creadas por el artista y hacer que los conjuntos fueran similares a los prototipos. Por eso las joyas tienen muchos matices, curvas caprichosas y ornamentadas, gracia y brillo. Son tan únicas como las mujeres e igual de brillantes. Al oro y al esmalte de colores de los marcos añadimos topacios y diamantes, zafiros y crisólitos, citrinos, cuarzos y nácar. Las decoraciones resultaron brillantes y memorables, porque no hay flores idénticas en el mundo y todas las mujeres son hermosas a su manera.